Un Victoriquense en la elección del Papa Francisco.

Llegaba a Roma, una de las ciudades mas decadentes de la europa que conocí.
Era el año 2013 un 12 de marzo. Días antes había renunciado el primer papa en 600 años. Era Benedicto décimo sexto, como les gusta decir a los italianos. En esos días de los albores de la primavera en el norte del mundo, la climatología del momento daba un revés, para quien estaba allí para visitar lugares ancestrales en unas mini vacaciones de tres días.
Roma tiene fama de ser el ombligo del mundo y quizas sea tambien como esa zona de la anatomía de los mamíferos que junta misterio, mugre y conexiones.
Las conexiones de Roma están reñidas con el transporte facil y dinamico de otras ciudades de Europa.No es ni facil ni dinamico intentar cubrir diversos lugares históricos de Roma en un corto lapso de tiempo. El transporte publico no es abundante.
En ese contexto del espacio tiempo la sorpresa fue que comenzaba un evento histórico, del cual se registran unos 268 validos desde hace 2000 años.La elección de un nuevo Papa. Se le llama cónclave a esa elección de un Papa, porque los electores del nuevo Papa se reúnen a puertas cerradas las cuales no se abren hasta tener un nuevo Papa.
Al estar viviendo un evento,comparativamente hablando,pocas veces dado en 2000 años de historia , se postergó cualquier visita a un lugar histórico.

Para quedarnos en la Plaza de San Pedro, mas precisamente en la parte donde hay columnas, la columnata de Bernini, a modo de protección de la llovizna de final de invierno europeo. Estuvimos allí desde las cinco de la tarde, escuchaba la radio FM del vaticano ,en italiano, a través del celular. Estaba junto a unas religiosas de África que en inglés me preguntaban que decían en la radio. Poco podía decirles porque entre que poco entendía el italiano y poco hablaba el ingles, solo les decía lo que casi todos veíamos, el humo de la chimenea que en dos ocasiones había sido negro. La danza de nombres de posibles electos estaba la orden del día en boca de los “conocedores” de la política vaticana, que se expresaban tanto en la radio del vaticano como en otra emisora de FM de Italia. AL preguntarme las religiosas la nacionalidad en una ocasión les dije que soy argentino. Y se quedaron mirándome con expectativa, porque uno de los posibles “Papa” o papable era el cardenal de Buenos Aires, Bergoglio.
A las 19:00 hs y después de que algunos abandonaran la plaza de San Pedro, porque algunos en la plaza decían que ya era tarde y que no habría un nuevo intento de elegir Papa ese dia , que habia que esperar al dia siguiente. Sin embargo las radios decían que seguían reunidos en el cónclave. Decidí adentrarme un poco más bajo las columnas para intentar guarecerme un poco más de la llovizna fría. Pocos más de la 19:00 hs sucedió los que todos vieron en TV y que nosotros veíamos de lejos el humo blanco anunciando que ya había nuevo Papa. Al salir al balcón el nuevo pontífice les dije a las religiosas africanas, que seguían atentas a mi lado la escucha del relato radial, que no les traduciría porque quería ver si podía entender y relatárselos luego a ellas en mi desastroso ingles. No entendí mucho salvo que era el cardenal de Argentina y que era el nuevo Papa. No lo podía creer. Se desasían en felicitaciones por tener un Papa de mi nacionalidad. Yo estaba tieso y mudo. Por un rato largo no sabia que decir. Mientras tanto la plaza de fue vaciando y así culminó la jornada con un Papa argentino. Había corresponsales de la CNN apenas uno cruzaba el limite o frontera del estado Vaticano. Me pidió un mexicano, que era el productor y estaba gritando entre la gente en castellano , si había un argentino. Me acerqué y lo que quería era entrevistar a un argentino que hablara en ingles. No era mi caso. Le dije que si quería le respondía en castellano y que lo tradujera después. No le cuadró, así que me quedé hasta el día siguiente en Roma para continuar el ultimo dia de estadia. La sorpresa fue que al dia siguiente no había lugar en kioscos de souvenirs donde no hubiera una foto del nuevo papa. En solo ocho horas habían actualizado ese mercadeo en Roma.