Actualizaron información sobre la fiebre hemorrágica Argentina en una reunión de la que participó La Pampa

De la misma participó la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti;  el director del Malbrán, Pascual Fidelio, la directora del Instituto Maiztegui, Maria de los Angeles Conti,  y referentes de todas las provincias endémicas, entre ellas la directora de Epidemiología del Ministerio de Salu de La Pampa, Ana Bertone.
El objetivo del encuentro federal fue actualizar información y reforzar la situación de las distintas aristas de la enfermedad en la República Argentina. Los ejes a través de los cuales se trabaja son la vigilancia epidemiológica, el tratamiento oportuno y la vacunación.
Fiebre Hemorrágica Argentina
La Fiebre Hemorrágica Argentina (FHA), conocida como el “mal de los rastrojos”, es una enfermedad causada por el virus Junín y afecta a una extensa región del país que abarca la provincia de Buenos Aires, sur de provincia de Santa Fe, Córdoba y La Pampa. La contraen principalmente personas que trabajan, viven o visitan el campo o estuvieron en contacto con sitios invadidos por roedores los cuales eliminan continuamente el virus a través de su saliva y orina, contaminando el medio ambiente en el que viven. Todos los años, a partir de la introducción de la vacuna, se informan entre 15y 50 casos de FHA en Argentina. El vector que trasmite la enfermedad es un roedor pequeño conocido localmente como ratón maicero, que está infectado de manera asintomática y elimina el virus a través saliva, orina, sangre.

La infección llega a las personas a través de:
Contacto con la piel (con escoriaciones por ej.)
Contacto con las mucosas.
Inhalación de partículas que portan el virus.

La enfermedad tiene un comportamiento estacional, con su mayor incidencia principalmente de marzo a octubre. Es más frecuente en el sexo masculino, en las edades comprendidas entre 15 y 60 años. Los primeros síntomas incluyen fiebre, dolor de cabeza, debilidad, desgano, pérdida de apetito. Luego pueden presentarse dolores musculares, de articulaciones, detrás de los ojos, mareos, náuseas y vómitos. Estos síntomas se intensifican produciéndose alteración renal, hematológica y neurológica, choque y crisis convulsivas. La mortalidad de la FHA alcanza el 30% si no se instaura el tratamiento oportunamente.

Tratamiento

El tratamiento consiste en la administración de plasma inmune específico (obtenido de donantes que se han curado luego de haber estado infectados). Es extremadamente efectivo y reduce la mortalidad al 1 % si se administra dentro de los 8 días del comienzo de la enfermedad.
Existe una vacuna, producida en Argentina, Candid #1, actualmente única en el mundo contra la enfermedad, con una eficacia del 95 %.
La disponibilidad de dicha vacuna para la población del área endémica está sujeta a la efectiva producción nacional de su único productor, el Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas “Dr. Julio I. Maiztegui” (INEVH).
En el año 2007, se incorporó esta vacuna en el Calendario Nacional de Vacunación para la población que vive en área endémica. El área endémica en La Pampa comprende a los departamentos de Chapaleufú, Maracó y Realicó.

Prevención
La vacunación es la principal forma de prevenir la FHA, es altamente eficaz.
Deben vacunarse hombres y mujeres mayores de 15 años que no hayan sido vacunados anteriormente y que residan o desarrollen actividades en las zonas del área endémica. En el caso de las mujeres, no deben estar embarazadas o amamantando, ni presentar cuadros agudos o crónicos descompensados, estar recibiendo corticoides sistémicos o presentar cuadros de inmunosupresión congénitos o adquiridos y no deben haber recibido otras vacunas y/o gammaglobulinas, cualquiera sea, en el mes previo, ni recibirlas en el mes posterior a recibir la vacuna contra la FHA

Otras formas de prevención
Mantener una higiene cuidadosa, principalmente de las manos y cambio de ropa, cada vez que se hayan frecuentado zonas con roedores.
No introducir tallos, hojas o granos en la boca.
No acostarse sobre bolsas o en el suelo.
Comer y dormir en habitaciones limpias.
Usar calzado cerrado y guantes.
Mantener desmalezados los alrededores de la vivienda para evitar que las lauchas se acerquen a ella; disponer de lugares libres de maleza para los juegos de niños.
No destruir la fauna depredadores de roedores, tales como lechuzas, lechuzones, chimangos y gatos.

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