El 10% de la producción Argentina de miel proviene de La Pampa.

“Siempre creímos en la apicultura como una actividad productiva generadora de trabajo siendo analizada en toda la cadena de valor”, dijo el gobernador, Carlos Verna, el 16 de diciembre de 2015. Ese día el primer mandatario provincial junto al ministro de la Producción, Ricardo Moralejo, puso en marcha el Plan de Activación Apícola 2015-2020.

El ambicioso proyecto, a esa altura, tenía suficiente anclaje en infraestructura como para cumplir con las expectativas de los máximos responsables de la gestión de Gobierno. Porque La Pampa, puntualmente en General Pico, ya contaba con el Parque Apícola con sala de extracción comunitaria (dando seguridad y calidad alimentaria en los procesos de la cosecha de la miel concentrando la actividad para reducir costos), la Aduana instalada en Zona Franca (que facilitó la llegada de los productores a los mercados externos), la “pata” técnica aportada por los profesionales de la Facultad de Veterinarias a través de la Cabaña Apícola (donde se trabajó intensamente en genética) y el Laboratorio de Calidad de Alimentos Pampeanos (cuyos análisis evitaron la pérdida de precio del producto en la cadena de comercialización). Así, la “marca de origen regional” y la “calidad ecológica” comenzaron a ser componentes vitales de gran parte de los objetivos generales del Plan consistentes en el posicionamiento del sector apícola pampeano como referente nacional e internacional en producción y comercialización de miel, como así también de otros productos de la colmena. Del mismo modo, se iniciaban caminos paralelos a fin de organizar el sector en un clúster regional con inserción internacional, fomentar e impulsar la actividad apícola provincial desde el punto de vista productivo, comercial y financiero.

Suma de objetivos
Infraestructura acorde a los objetivos, financiación “blanda” a los productores ya establecidos y a aquellos que se iniciaban en la actividad sumado a los incentivos para que los productores agropecuarios permitieran el acceso de las colmenas a sus establecimientos (con beneficios puntuales a través de descuentos en el impuesto inmobiliario) también formaron parte de la estrategia lanzada para generar una profunda transformación del sector apícola. Otros ejes apuntaron al impulso del emprendedurismo y los programas de iniciación apícola; activando los Parques Apícolas Provinciales como centros de extracción, acopio y comercialización; potenciar el Laboratorio de Calidad de Alimentos Pampeanos (LabCAP) y demás.

Estadísticas
Argentina es el segundo proveedor mundial de miel y el tercero en producción con 60 toneladas por año según el último informe de la FAO. El 90 por ciento de la producción nacional se exporta mayoritariamente a Estados Unidos, Unión Europea y Japón. La actividad de la apicultura genera una gran cantidad de puestos de trabajo estimándose en 25.000 a 30.000 productores en el país, que manejan tres millones de colmenas, siendo la mayor cantidad en países del hemisferio sur. La Pampa participa con el 10% de la producción de miel de Argentina y se estima que además de los productores, el resto de la actividad genera un total de 100.000 puestos de trabajo entre toda la cadena.

Desafío a futuro
A días de cumplirse el 4° aniversario del lanzamiento del Plan de Activación los desafíos que se imponen para el sector desde la Provincia son varios, y uno de ellos tiene que ver con la potenciación de la producción y la comercialización del producto. Pero no es un hecho menor que en este camino de la ansiada diversificación de la producción, la Pampa ha iniciado un camino innovador a partir de los trabajos relacionados a la genética apícola y la exportación de abejas reinas, dentro claro del ambicioso Plan. Prueba de ello es que tiempo atrás merced al trabajo en conjunto con el Consejo Federal de Inversiones se logró el desarrollo de apiarios con méritos genéticos que permitieron abastecer de genética para la exportación de abejas reina. Producto de esa provisión genética se concretaron en los últimos tres años exportaciones estimadas en el orden de las 15 mil con destino a Europa, lo cual es toda una referencia de la calidad genética, la tecnología y el trabajo que se realiza desde la Facultad de Veterinarias para mejorar la producción y la calidad de miel producida en la Provincia y en la región.

Diversificación y capacitación
El director a cargo de la cabaña y genética apícola y de la misma área en la Facultad de Veterinarias de General Pico, doctor Tomás Bragulat, confirma el alto posicionamiento local a nivel tecnológico, marco que seguramente, coadyuvará en los resultados pretendidos para el sector en el mediano y largo plazo. Con el apoyo del Gobierno Provincial, resume el especialista, “en los últimos años afianzamos el trabajo de mejoramiento y selección de reinas, lo cual nos permitió conseguir que el material genético llegue a la región, incluso a nivel internacional. Se puede vivir de la actividad apícola, y desde nuestro lugar continuamos ayudando para sumar nuevos mercados a los que ya tenemos, y para eso hace falta mayor producción, ese es el desafío a largo plazo para el sector a nivel nacional”, señaló. Bajo esa premisa, afirma, “pretendemos renovar el Plan de Activación Apícola, porque tenemos toda la infraestructura necesaria para hacerlo. La idea es ampliar el rango de lo que hicimos en el norte provincial y extenderlo a las zonas centro y sur de La Pampa. Hoy, además de mantener la infraestructura creada durante la gestión anterior de Carlos Verna y del ministro Moralejo, apuntamos a la capacitación de las nuevas generaciones de apicultores”.
El especialista confirma que La Pampa, además de ser una zona de producción e históricamente una zona de transición (muchos productores sacaban la miel aquí y la extraían en otras provincias), debe buscar “cerrar el ciclo dentro de la provincia, que la producción quede en La Pampa y hacer un centro de comercialización en el Parque Apícola. La idea es reunir a todos los actores de la producción en un único espacio para hacer mucho más fácil el sistema de comercialización. El nuevo plan apunta a que las actuales generaciones, el Parque Apícola, la Facultad de Veterinarias y el Laboratorio de Calidad empiecen a trabajar conjuntamente para armar un clúster comercial para abrir mercados, para trabajar a nivel internacional. De esto deben formar parte también los productores ya establecidos para que junto a los instruidos en capacitaciones y especializaciones avancemos potenciando la infraestructura con vistas a la apertura de nuevos mercados”, señaló como parte de los desafíos impuestos para los próximos años.
En ese camino y de acuerdo a las referencias aportadas por Bragulat, el nivel de participación en las capacitaciones no ha decrecido en los últimos años. “El Plan logró eso también, nosotros empezamos en el 2016 hasta la fecha con un curso por año, aumentamos la cantidad de asistentes por año como así también la regularidad de asistencia durante cada cursada. Y como dato elocuente, no solamente captamos gente de la zona norte sino que además participaron de otras zonas alejadas. Esto demuestra una consolidación importante lo cual fundamentará a la creación de espacios de instrucción en la zona centro, oeste y sur pampeana, junto con la de General Pico claro”, afirmó.

Asociarse para ser competitivos
La creación de la Cooperativa Patagonia en la zona norte resultó el “modelo a seguir” para el esquema de comercialización exitosa para los pampeanos. “Si el apicultor no empieza a juntarse y trabajar en forma cooperativa o comercializar o buscar insumos en forma asociada pierde en competitividad. Lo que ha logrado la Cooperativa Patagonia es nuestro eje central, es nuestro pilar, es el ejemplo a seguir de todos los emprendimientos privados. Aún así, si los productores quieren seguir siendo independientes, la Cooperativa termina siendo un ejemplo al lograr el manejo del Parque Apícola donde tienen la sala de extracción con estándares cualitativos a nivel internacional, sistema de trazabilidad, posibilidad de exportación, posibilidad de acopiar allí la producción pampeana”, sostiene.

Provincia con liderazgo
La infraestructura creada en los últimos años sumado a la implementación de un Plan que busca consolidar el trabajo de las nuevas generaciones de apicultores pampeanos, coloca a La Pampa dentro del liderazgo a nivel nacional. “La idea del Ministerio de la Producción es que la Provincia lidere la actividad apícola y que sea un centro de referencia nacional, con llegada al plano internacional. El Plan de Reactivación Apícola trabajó en ampliar mercados, incluso profesionales de la Facultad de Veterinarias están asesorando a empresas nacionales e internacionales lo cual significa que la “materia gris” existente en La Pampa está a disposición tanto de los productores como de aquellos que piensen incursionar en el tema”, define Bragulat previo a ampliar que los canales de asesoramiento por parte de la FCV han llegado regularmente a espacios académicos establecidos en Francia, España y Dinamarca. “Junto al sector privado la Provincia está intentando potenciar el sector y, por ende, pedimos el acercamiento del apicultor al Parque Apícola para consolidar el liderazgo logrado a nivel nacional”, cerró.

Apoyo continuo
La importancia que las capacitaciones tienen como activadoras del espíritu apicultor pensando en encontrar los mejores destinos del producto en el mercado internacional fue rescatada por el ministro Ricardo Moralejo, presente en una de ellas.  “Consideramos esta actividad como muy importante para la Provincia, especialmente para aquellos que quieren iniciar un emprendimiento productivo, por toda la potencialidad que tiene. Hoy podemos decir que la actividad apícola en La Pampa contiene a alrededor de 300 apicultores, con unas 180.000 colmenas y una producción de alrededor de 4 mil toneladas”, señaló. “Hace que ingresen desde este sector unos 240 millones de pesos, de ahí la importancia, por eso le prestamos atención, considerando que teniendo la Cooperativa instalada aquí en General Pico podemos prestar un servicio importantísimo a nuevos emprendimientos, dado que ofrece una sala de extracción de última generación para que aquel pequeño apicultor pueda iniciarse sin problemas”, continuó Moralejo.
En esa línea, apuntó que la sala de extracción piquense “posibilita tener un sistema de trazabilidad casi única en el país, que facilita la exportación de la producción obtenida dado que es una de las exigencias que requieren los mercados internacionales y a su vez ha sido habilitada para la extracción de miel orgánica para exportar a Estados Unidos, Canadá y Unión Europea. Esto da una perspectiva mayor de que el producto que se pueda extraer acá pueda llegar a los mercados más exigentes”, dijo. “No vamos a dejar solos a los productores, no tendría sentido después de haber montado en los últimos años toda la infraestructura en material y en tecnología buscando la optimización de los recursos y la profesionalización del esquema de producción y la comercialización”, sostuvo.

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