“DOS CARAS DE UNA MISMA MONEDA” (Opinión)

Siguiendo con nuestro recorrido por la historia de nuestra independencia, tenemos que decir la Independencia de las naciones iberoamericanas y la desintegración de las monarquías son la cara de una misma moneda, dos aspectos de una realidad única e indivisible; y por eso el conocimiento de cualquiera de ambos procesos resultará incompleto si no se tiene en cuenta el otro. De allí la importancia de observar con detenimiento cada uno de los aspectos que a la larga nos afectan y que con detalle hemos heredado.

En primer lugar hemos de decir que, la guerra de la Independencia inaugura la estampa pintoresca del guerrillero, que tanto había de proliferar en nuestras contiendas civiles del siglo XIX. Es por eso que desde el estallido de la Revolución francesa las cosas comenzaron a cambiar, de hecho comenzaron a existir facciones promovían movimientos revolucionarios. Es por ello que a la monarquía absoluta no podía caberles duda alguna de que el triunfo del liberalismo significaría un grave quebranto para sus privilegios tradicionales. Y la experiencia de 1808 a 1814 se lo demostró con toda claridad.

Dicha experiencia es lo que conocemos en la historia como crisis de la monarquía Española y que por supuesto como dijimos al inicio de este artículo de opinión, afecto drásticamente al otro lado del continente donde las naciones Iberoamericanas estaban siendo sostenidas, de manera particular económicamente por la corona española que por supuesto en medio de la crisis ya no podía sostenerla como tal.

Para que nos ubiquemos en el tiempo, nos situamos en el inicio del siglo XIX, en la primera década, una crisis tal, que desemboco en cambios tanto políticos, como económicos e incluso culturales, que por su puesto cambiarían la historia para siempre, sobre todo porque en la América fue el origen de los movimientos independentistas.

Fue esta crisis el fin del imperio español que ya estaba bien golpeado y debilitado por el avance de los franceses y las ambiciones inglesas, de igual modo el fin de la monarquía española según la concepción de aquel entonces de que los reyes tenían poderes divinos y que por supuesto tenían poderes omnipotentes que le daban según ellos base para actuar a su manera. Los protagonistas de historia y que los iremos viendo poco a poco a poco son: “El rey Carlos IV, El príncipe de Asturias Fernando VII, El emperador de los Franceses Napoleón Bonaparte y el ministro de Carlos IV, Manuel Godoy”

Como siempre me gusta decirlo en mis artículos, es importante ver la historia, viendo el presente, haciendo ese juego mágico del tiempo, para ver si hemos avanzado, y que tanto hemos avanzado como seres humanos y en que nos hemos equivocado para corregir y seguir adelante, siempre con una visión de esperanza.

Julio César López .

El autor es Colombiano por su familia  y Venezolano de nacimiento.Licenciado en Historia e Ingeniero Electromecánico por El Instituto Universitario de Tecnología de Puerto Cabello.

Deja un comentario