¿La historia enseña?(Opinión)

Definitivamente la historia nos enseña, desde mi punto de vista ella está llena de acontecimientos y de hechos que conforman una realidad. Realidad de la que hemos de aprender para no cometer los mismos errores. Si esto es así, entonces podemos preguntarnos: Es la ¿historia un ciclo? ¿Qué después de cierto tiempo vuelve a repetirse nuevamente? ¿Realmente hemos avanzado? ¿Cuál debe ser la verdadera postura de un historiador ante la realidad del siglo XXI? Son tantas preguntas que pueden surgir y en la capacidad de respuesta que tengamos podemos avanzar, de allí la importancia del conocimiento.

No se trata de tener una enciclopedia en la cabeza, sino de desarrollar las facultades del saber que nos permitan crecer como personas. La gran labor del historiador es: no manipular o tergiversar los hechos por conveniencia o por ideologías, bien sean religiosas, políticas o culturales.

Es necesario escribir en estos términos porque nuestra historia reciente, sobre todo la historia de las gestas independentistas ha sido vulgarmente manipulada por muchos intereses, no puede quedar duda que la gesta de la independencia va ligada a una profunda crisis de la monarquía española de la que hoy tenemos herencia, porque cabe recordar que como bajo el imperio español fueron estas tierras de Latinoamérica descubiertas, es posible que si otros hubiesen sido los colonizadores otra historia sería, pero en cualquier caso es difícil de saber.

“El hundimiento de la monarquía española como gran potencia era ya en 1808 una realidad. La guerra de la Independencia agravó la situación, pero no fue la causa que la produjo. Contribuyó, sin embargo, a enmascarar el hecho de que la crisis nacía del fracaso del proyecto de los Borbones españoles, y dio pie a que, una vez acabada la contienda, se pensase que todos los males nacían de ella y se difiriesen las soluciones necesarias para enmendar un rumbo que había conducido al desastre.

Un desastre que tenía sus bases en el fracaso de la política internacional de la monarquía española, que se había arruinado en un vano intento de asumir un papel de gran potencia en medio de los enfrentamientos entre Francia y Gran Bretaña, ligando su suerte a la de Francia por una alianza “de familia” con los Borbones franceses, que se convertirían más tarde, tras el paréntesis de la guerra contra la Francia revolucionaria, en una relación de dependencia que acabaría convirtiendo al gobierno español en poco más que un satélite del imperio napoleónico”

En esa línea que dice mi amigo Villares, podemos atisbar y recrearnos en ese desastre que supuso para nuestros países, sobre todo los de la gran Colombia el hundimiento de la monarquía española como sistema político del cual en cierta manera dependían esos países incluso hasta después de la independencia e incluso hasta en nuestro siglo XXI por que me atrevo a afirmar que aún no tenemos una verdadera independencia en nuestros países, ya que cuando no fue la monarquía, fueron otros tipos de gobiernos, de una llamada democracia y cuando no fue la democracia, fue el comunismo y cuando no fue eso fue el socialismo, y cuando no, la lucha entre izquierdas y derechas, en fin cada uno ha defendido su élite como bien ha podido, sin importar mucho conseguir una identidad cultural e ignorando la cuestión fuerte, que es darnos cuenta que el progreso de nuestros países ha sido abortado. A eso le sumamos el desconocimiento generalizado de nuestra historia que nos lleva a no aprender de cada error para caminar hacia el progreso.

Es necesario dar la batalla de la educación y de la formación, pero real ,en libertad y no manipulada por intereses. Sé que es un camino arduo pero lleno de satisfacción.

 

Julio César López .

El autor es Colombiano por su familia  y Venezolano de nacimiento.Licenciado en Historia e Ingeniero Electromecánico por El Instituto Universitario de Tecnología de Puerto Cabello.

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