La perjudicada iba a ser la empresa avícola Santa Ana que cuenta con una trayectoria de 40 años en el rubro y que actualmente tiene 300 empleados. Es ya una serie de extrañas coincidencias el destrozo de plantas procesadoras o elaboradoras de alimentos, se ha dado en diversos lugares del mundo. Y ahora arrecian con Argentina donde ya se han dado también, con la excusa de gripe aviar, la destrucción de produccion avicola en diversos lugares del país.El lunes pasado, cuando Bichos de Campo anticipó a nivel nacional el conflicto que se vivía en la avícola correntina Santa Ana, que había recurrido a la justicia y a los cortes de ruta para frenar un operativo sanitario contra la Influenza Aviar que implicaba el sacrificio de sus 200 mil gallinas ponedoras, evaluamos que el Senasa no saldría nada bien parado de este asunto, que podría degenerar en un papelón internacional. Y así fue: según adelantaron fuentes confiables, el segundo análisis realizado sobre esa avícola dio negativo.
En los últimos minutos, se conoció el resultado del segundo testeo ordenado por la justicia para detectar influenza aviar altamente patógena realizado en el establecimiento productor de huevos cercano a Corrientes Capital. Según pudimos saben, como decía la empresa, no hay rastro en sus galpones de la peligrosa enfermedad, que como no tiene remedio obliga al sacrificio inmediato de todo el stock de aves del lugar. Es decir que afortunadamente 200 mil gallinas salvaron su pellejo y 300 empleados de la empresa sus puestos de trabajo.
Horas antes a este resultado, los propietarios de la empresas habían emitido un comunicado informando que en realidad el primer estudio que dio origen a la orden de sacrificar las 200 mil gallinas ni siquiera existió, pues en realidad nunca se tomaron muestras.
“Las cámaras de seguridad respaldan lo antes dicho y fueron entregadas a la Justicia como prueba”, dice el comunicado de la empresa.
La gran pregunta entonces era saber entonces qué muestras serológicas se analizaron en el laboratorio central del Senasa en Martínez para lanzar un veredicto sanitario que implicaba el sacrificio masivo en ese establecimiento productor de huevos. Por ahora, el organismo mantiene silencio sobre los detalles de ese operativo, aunque defendió tímidamente la intervención de su veterinario en el lugar.
Pero la avícola Santa Ana, que emplea a 300 personas en la localidad correntina homónima, rompió el mutismo con un comunicado de una gravedad inusitada, pues allí denuncia que los análisis del Senasa que dieron positivo en realidad nunca se hicieron. Esto se confirma ahora con el segundo veredicto ordenado por la justicia.
“El martes 4 de abril, un funcionario de SENASA se hizo presente en la empresa. En ningún momento ingresó a los galpones, ni tuvo contacto con los animales, solo dejó un kit para tomar muestras en manos de una Veterinaria de Registro, (profesional que tiene registro de SENASA, certificada en inocuidad de los productos, pero que no tiene capacitación en sanidad, ni mucho menos para tomar muestras). Esta persona supuso que el examen sería llevado a cabo por la avícola, mientras que los dueños de la empresa confiaron en que lo realizaría la especialista. En este estado de confusión, las muestras no se realizaron y los kits regresaron a SENASA vacíos”, es la versión de la empresa contenida en un comunicado.
La explicación empresaria continúa con lo que ya sabemos todos. “El jueves 6 de abril, Lisandro Enciso, propietario de Santa Ana, recibió un llamado de la entidad donde le comunicaban que los resultados habían sido negativos, dato que, misteriosamente cambió a las pocas horas, cuando esa misma noche se volvieron a comunicar para avisarles que 20 gallinas habían dado positivo. El organismo nacional, entonces, intimó el sábado 8 de abril a la firma a sacrificar 200.000 aves ante esta supuesta detección de gripe aviar”.
La historia sigue con la desobediencia de la empresa a acatar las órdenes del sacrificio sanitario, que debería haber comenzado este mismo lunes, y de presentar un recurso de amparo ante la justicia, que salomónicamente decidió pedir a Senasa que postergue semejante operativo y hacer un nuevo testeo a las gallinas de la empresa, que hasta ahora no presentaron signos clínicos de la Gripe Aviar H5, aunque éstos podrían llegar a manifestarse hasta 14 días después de los análisis.
“Si hubiese algún caso positivo, el nivel de mortandad de las aves sería alto. Sin embargo 10 días después del inicio del conflicto, la granja se encuentra con niveles de producción óptimos”, aseguró Daniel Encizo, el director general de Avícola Santa Ana. “No solo no hubo síntomas ni mortandad entre nuestra aves, sino que la primera notificación recibida el jueves 6 aseguraba que todas las muestras habían dado negativo, para luego asegurarnos que 20 habían sido positivas y que debíamos sacrificar 40 años de trabajo”, agregó.
En el comunicado se informó que, en este contexto, “la empresa denunció que la medida zoosanitaria de Senasa carecía de fundamento y que la misma traería como consecuencia irreversible el cierre de la compañía y la pérdida de más de 300 puestos de trabajo”.
El Juzgado Federal de Primera Instancia de Corrientes aprobó el recurso de amparo presentado por la avícola. “Estamos esperando una segunda muestra que la tiene que realizar Senasa. Te imaginarás la angustia y la inseguridad que esto nos genera. Lo preocupante acá es que hayan falsificado 20 resultados positivos de muestras que nunca existieron y que lo probamos en la Justicia, sino no hubiesen ordenado que volvieran a realizarlas”, afirmó Encizo. Ahora ese análisis le dará la razón y seguramente se revierta la orden de Senasa, que había incluso ordenado a la empresa “contratar excavadoras para realizar fosas donde enterrar las gallinas “.El organismo sanitario, como ordenan los protocolos frente a un positivo, además les prohibió comercializar sus productos, motivo por el cual deberán destruir más de 15.000 docenas de huevos acumuladas por día y desechar 20 toneladas de carne aviar que están acopiadas en el lugar. Desde la empresa aseguran que, en este contexto, no podrán pagar los sueldos de abril.
El tema es muy grave además porque la credibilidad de Senasa quedará seriamente lesionada frente al sector avícola local sino frente a la comunidad internacional. Ante la falta de cura posible a estas variedad del virus de la Influenza Aviar, que se ha dispersado por toda la región latinoamericana, el organismo se ha comprometido a ser inflexible en la información sobre nuevos focos y la aplicación de cirugía mayor en caso de detectar un caso: esto es el sacrificio sanitario de todo el stock de aves comerciales presentes en el lugar.
Entre los antecedentes internacionales de los atentados contra la vida humana a través de la matanza de animales se puede contar:
China, 1958, los científicos pidieron el exterminio de los gorriones. Cada uno de ellos, dijeron, se come 4,5 kg de granos al año. Sin gorriones, tendremos la mejor cosecha de la historia.
El gobierno ordenó a todos los habitantes que salieran al mismo tiempo golpeando cacerolas. Los gorriones no son capaces de sostener el vuelo mucho tiempo, si no se los deja descansar, sus corazones colapsan.
Pronto había millones de gorriones muertos en las calles.
La cosecha siguiente fue la peor de la historia, pues los gorriones, además de granos, se comían los insectos que atacaban las cosechas.
La hambruna le costó a vida a 20 millones de chinos.
Dinamarca, 2020, los científicos del gobierno dijeron que los visones trasmitían el famoso virus covid. Se ordenó exterminarlos. 12 millones en criaderos, otros 2,5 millones en los ríos y lagos, y medio millón que tenía la gente como mascotas.
En Holanda y España se exterminaron otros 4 millones. Jamás se presentaron los estudios o las pruebas. No las tiene el gobierno, ni la Asociación Mundial de Veterinarios.
Los cadáveres enterrados de millones de animalitos se hincharon y salieron a la superficie. Fue un desastre ecológico, pero ninguna organización ecologista dijo nada.
Cuando trascendieron los mensajes cruzados entre Boris Johnson y el Foro del Davos, se supo que se planeaba hacer lo mismo con los gatos, pero que temían una reacción negativa de la población. Boris mandó una foto por wassap, de él alzando su gato, y diciendo: No sean malos, me gustan los gatos (risas).
Argentina y Chile, 2023, por las avícolas aparecen funcionarios vestidos de astronautas, simulan realizar pruebas, y luego ordenan matar millones de pollos, por una supuesta gripe aviar.
Al mismo tiempo los gobiernos impulsan campañas sobre el valor nutricional de los gusanos y los grillos.
En la Avícola Santa Ana, de la Provincia de Corrientes, los funcionarios de SENASA ordenaron matar 200.000 pollos. Pero las cámaras de seguridad demostraron que jamás se bajaron del vehículo a tomar ninguna muestra. La empresa hizo la denuncia penal, y los funcionarios reconocieron que “tenían órdenes de arriba” de hacer matar la mayor cantidad de aves.
Al mismo tiempo se ordenó el exterminio del Cisne Cuello Negro. Los están envenenando y matando en los espejos de agua.
No se puede ser tibio, ni quedarse a medias. Le pido a todo el que tenga animales que plante cara, que resista. Luego vendrán por los caprinos y ovinos, y por las vacunos. Están generando una hambruna artificial. Déjalo pasar y te vas a atragantar comiendo bichos.
No permitas a estos delincuentes entrar a tus instalaciones. Te ampara la Constitución, que está por encima de cualquier ley, la propiedad es inviolable. Te aseguro que lo último que quieren es llegar a juicio. Porque allí solo valen las pruebas, y no tienen ni una.
No permitas que te hisopen ningún animal. El test PCR no es un instrumento de diagnóstico. ¿quien lo dice? Su inventor Kary Mullis, Premio Nobel.
La Agenda perversa solo se va a caer si le plantamos cara, no hay lugar para la cobardía, o para negociar. No, mi cuerpo es sagrado, mi animal es sagrado, mi propiedad es sagrada.
Cuidá a tus hijos, también vienen por ellos. Medios de Comunicación hegemónicos y Gobiernos son sus marionetas.