136 años de Victorica, recordando la historia con Luis Roldan.

Es sabido, aunque conviene recordarlo, que Victorica es la primera población cristiana, fundada por las tropas del Ejército Nacional que, después de la “batida final”, que despojó al aborigen de estas tierras, regresó con la columna colonizadora el año 1881.

Las tropas estaban integradas por dos Regimientos, el 9º de Caballería que realizó la entrada por el camino que había recorrido Racedo con la tercera columna y se abocó a las tareas previas de la fundación. Dos meses después que esta se produjo, un 12 de febrero del año 1882, según el parte militar, se hizo presente en el Fortín el Regimiento 10º de Infantería.

Junto con los soldados llegaron también algunas mujeres conocidas como “cuarteleras” que eran compañeras y madres de los hijos de estos “gauchisoldados” que integraban los Regimientos que procedían de Villa Mercedes (San Luis) y del Fortín Sarmiento en los alrededores de Río Cuarto (Córdoba), pero que por el sistema de enganches y levas que describe muy bien el “Martín Fierro”, había soldados reclutados en varias de las antiguas 14 provincias que conformaban la Confederación Argentina.

 Una de las más recordadas y mentadas en el Fortín Victorica fue doña Carmen Orozco, cuyo apellido aún está vigente en sus descendientes. Doña Carmen, por esas cosas de la burocracia y de las injusticias con los hombres y mujeres que hicieron la Patria con su sangre, sudor y lágrimas, le tocó la ignominia de tener que pagar tres veces por la tierra que ocupaba con su familia.

Ellos aportarán al Fortín Resina primero y General Benjamín Victorica después, sus costumbres, su idiosincrasia y sus propias culturas regionales. Traerán no sólo sus habilidades manuales y su baquía para algunos trabajos, sino también su poesía y su música.

A ellos se sumaron los proveedores de las tropas del Ejército y aquí voy a mencionar a dos familias que oficiaban en ese carácter la de Lemme y la de Pistarini. Pistarini se fue al poco tiempo que partió el Ejército, en cambio los Lemme desarrollaron su emporio comercial con sucursales en Telén y Loventuel con muchas propiedades en el pueblo y también en chacras. Según los informes del Comandante Coronel Ernesto Rodríguez, en 1882 había alrededor de 200 niños, por lo que se ponen en marcha dentro de los cuarteles dos colegios: uno de varones y otro de mujeres como era la usanza en ésa época de separación de sexos.

“A poco de instalarse el pueblo, según noticias recogidas, Amir Melián se ubicó en los aledaños del mismo con una escuela ambulante, la misma que después heredó Carlos Muñóz. Esa, al parecer, fue la primera escuela que como tal funcionó en La Pampa.

Las tropas del Ejército Nacional permanecen hasta fines del año 1887, en que se retiran a los cuarteles de origen. Pero quedan en el pueblo numerosos soldados con sus familias, que han sido dados de baja y que se incorporan a la masa de la población civil que formarán la base humana, que trabajará en las chacras y los campos de los alrededores.

Esos soldados fueron beneficiados con chacras de entre 75 y 100 hectáreas. Recorriendo el listado de ocupantes realizado por los Inspectores de Tierras Fiscales de la Nación, podemos encontrar nombres conocidos. Uno de los oficiales que integraban el 9º de caballería era Adolfo Corvalán, quien el año 1895 se instalará con su familia en Victorica siendo también propietario de chacra.

El último comandante militar será el Mayor Froylán Leyría, quien hará dos tareas que tendrán repercusión hasta nuestros días. Una es el rescate de los restos de los soldados muertos en el Combate de Cochicó, contra los lanceros comandados por el cacique José Gregorio Yancamil. La otra será la construcción de la Iglesia con personal militar y con la colaboración de donaciones de la población civil.

Como todo pueblo de frontera, durante varios años en Victorica no hay profesionales, salvo los militares. Es por eso que el Municipio autoriza en 1893 al señor Luciano Echegaray la práctica del curanderismo. Esto significa que las enfermedades eran atendidas por personas idóneas, con conocimientos prácticos, utilizando mucha de la farmacopea natural. Esto hace que la mortalidad infantil sea muy elevada. Es que la utilización de agua de pozos y jagüeles a veces no potables o directamente contaminados, las enfermedades relacionadas con la pobreza como las infecto-contagiosas y las viviendas de barro que albergaban a la vinchuca, el insecto que transmite la enfermedad de chagas hacían sus estragos. Recién en 1895 se designará como primer médico municipal al doctor José María Pérez.

La bendición del templo la realiza un cura que viaja de General Acha, capital del entonces Territorio Nacional, que se le adelanta al Franciscano Marcos Donatti, aquel cura que había acompañado al Coronel Lucio V. Mansilla a Leuvucó en 1870. Esta es una disputa por el poder territorial entre las dos órdenes, los Salesianos que ya estaban instalados en la Patagonia y los Franciscanos que habían llegado desde Córdoba.
La Iglesia de Victorica quedará sin cura párroco entre febrero del año 1887 y hasta agosto del año 1891.

En 1890 había arribado a Victorica, el señor Alfonso Capdeville de nacionalidad francés, proveniente de Epupel un pueblo cercado a General Acha. Llegó con un poder otorgado por una sociedad anónima titulada “Ganadera Nacional” y con documentación de su representada que justificaba que la tierra donde estaba asentada Victorica no era fiscal y por lo tanto dejó sentado el reclamo pertinente ante las autoridades locales, el que también por supuesto se había sustanciado a nivel nacional.

La cuestión es que Alfonso Capdeville se instala en un campo de los alrededores hacia el oeste al que denomina Telén y en poco tiempo se convierte en Intendente de Victorica, cargo que detentará entre 1891 y 1899 ininterrumpidamente. Pero el 28 de enero de 1899 estalla la violencia. El grupo opositor a Capdeville estaba armado con revólveres y fusiles y capitaneados por el mayor Adolfo Corvalán, al que secundaban el comisario José Ramasco, Balley, Crispiniano Fernández, Pedro Cazaux, Antonio Silvero, Francisco Larrocea, Feliciano Lucero, Tristán Nievas, José Arriasola, y Emiliano Toledo.

El incidente dejó  como heridos al Vice Intendente don Inocencio Rebollo y al Secretario don Enrique Marechal, a quienes acompañaba también el señor José Vincenz. Pero pocos días después cuando llegaba la gendarmería al mando del secretario de la gobernación don Eduardo Chaperouge, se produce un intenso tiroteo, de resultas del cual quedará el trágico saldo de tres personas muertas. José Hidalgo, estanciero amigo de Capdeville, el ciudadano vecino de Victorica don Manuel Escudero, en tanto que del lado de los sublevados falleció don Nemesio Machado.

Quedaron varias personas heridas, entre ellas el propio Corvalán, don Manuel Alarcón, Andrés Gil, Cirilo Fernández, Gregorio Rojo y de diez a quince personas más, cuyo nombre desconocemos. Consigno que el Cura Párroco en ese momento era el RPS don Juan Roggerone de nacionalidad italiana. El Comisario local era de apellido Fonda y el dueño del comercio donde estuvo detenido Capdeville era Daniel Imaz.

Este enfrentamiento luctuoso hará que mucha gente se vaya de Victorica, porque se asustaron de semejante nivel de violencia. Algunos siguieron a Capdeville que fundó en su campo el pueblo al que denominó Telén, y otros se afincaron en distintos pueblos más al este del Territorio o incluso dejaron el mismo. Este enfrentamiento significará una sangría de población para Victorica, que vio detenido su crecimiento.

Después del enfrentamiento en el paraje Cochicó, al suroeste del Territorio Nacional de La Pampa Central, ocurrido un 19 de agosto del año 1882, entre un piquete de soldados comandados por Tránsito Mora y Simón Martínez, dos integrantes del Escuadrón de “Indios Amigos” y los pocos lanceros que capitaneaba el cacique José Gregorio Yancamil, la tranquilidad volvió  al Fortín General Benjamín Victorica.

Recién se designaría un maestro, después que se sancionara por el Congreso Nacional la ley 1420 el año 1884 de Educación Común. En un principio y para atender las necesidades de alfabetización fue designado como maestro uno de los suboficiales de las tropas.

El año 1885 las autoridades militares de Victorica y los sectores de la pequeña burguesía comercial del pueblo firmaron un petitorio dirigido a la máxima autoridad nacional haciendo saber el interés de contar en la localidad con los beneficios del ferrocarril. Por supuesto entre los firmantes no se registran mujeres ni descendientes de aborígenes, que se habían opuesto a la llegada del ferrocarril, porque intuían que eso significaría la pérdida de sus tierras y por ende su desalojo.

Por decreto del Gobernador del Territorio y dentro de las facultades acordadas por la ley nacional 1532 de Organización de los Territorios Nacionales, se designa como Juez de Paz de Victorica al señor José de Vecchy (de Vechi según libro copiador de actas de la municipalidad).

En 1887, antes de dejar definitivamente el pueblo rumbo a los cuarteles de Villa Mercedes (San Luis) y Nuevo Sarmiento (Córdoba), el Comandante Froylán Leyría realiza dos últimas acciones. Una es llegarse al lugar donde habían muerto los soldados en el combate de Cochicó y trasladar los restos que encontraron hasta el cementerio de Victorica, donde quedaron depositados en el osario.

La otra fue terminar la Iglesia que fue construida por la gente bajo su mando y proceder a su inauguración. En la bendición e inauguración de la misma estuvo presente el primer Gobernador del Territorio el general Juan Ayala que se trasladó desde General Acha donde tenía su asiento por haber sido designada esa localidad como Capital.

Al año siguiente se realizaron las primeras elecciones municipales, el 24 de mayo del año 1888 asume el primer Concejo Municipal electo, integrado por Valentín Romero (ex Jefe de la Guardia Nacional con asiento en Victorica), don José de Vecchy (ex Juez de Paz de la localidad) y los vecinos José Pujol, Juan Bautista Cazaux y Juan Romero, integrantes todo ellos de la Comisión Escrutadora.

Al año siguiente don José de Vecchy informa al gobernador interino del Territorio que se ha hecho cargo de la administración municipal y que al revisar los libros y registros de contabilidad, se ha encontrado “con un verdadero caos”, lo que inaugura tempranamente la etapa de las irregularidades en la conducción del patrimonio público victoriquense.

El año 1890 fue el del estallido de la primera gran crisis propia del Estado Nacional, que a ese momento era administrado por el presidente Juarez Celman. A mediados de ese periodo se anuncia que Argentina no puede pagar su deuda externa, con lo cual se produce una corrida bancaria, la burbuja financiera explota cayendo estrepitosamente el valor de las acciones y la gran cantidad de quiebras, entre las que se destacan las de los bancos agudiza y profundiza la depresión generando pánico, desempleo y pobreza.

El 20 de diciembre de ese año se presenta ante las autoridades del Concejo Municipal de Victorica, el francés Alfonso Capdeville quien es representante de la firma “La Ganadera Nacional S.A.” y en su carácter de apoderado de la misma deja por escrito el reclamo por la propiedad de la tierra donde se halla situado el pueblo. Efectivamente esto fue un error del Comandante de las tropas del Ejército que fundó Victorica, que creyó hacerlo en tierra fiscal, pero luego se advirtió que las mismas pertenecían a propietarios privados que las habían adquirido mediante la tenencia de títulos de la deuda publica garantizada con tierras que se “conquistarían en la campaña contra el desierto”.

En octubre del año 1884 el Congreso Nacional había sancionado una ley disponiendo la adquisición de  dos lotes de tierra de cuatro leguas cada uno, en la cantidad de m$n 42.160,00, destinados al establecimiento de un fuerte y al fomento de la población y pueblo existentes. No sabemos porqué motivo esta autorización no se llevó a cabo, aunque se puede intuir que el cambio de gobierno nacional, la escasez de recursos del Tesoro Nacional y sobre todo el descuido de lo que sucedía en los Territorios Nacionales se combinaron para que después de seis largos años el problema no había sido resuelto.

Curiosamente cuando el 8 de marzo del año 1891 se llevan a cabo nuevas elecciones para renovar el Concejo Municipal, son electos don José Pujol que había sido uno de los integrantes en el primer periodo, don Francisco Larrocea un español dueño de campo mas al oeste, don José L. Guaycochea el primer Encargado de la Estafeta Postal, don Federico Decauvette un maestro francés y el mismísimo Alfonso Capdeville, quien tenía como hemos dicho un juicio por supuesta usurpación de tierras contra la Municipalidad, pero que no obstante ello fue electo Presidente.

A principios de 1892 hace su llegada a Victorica el maestro francés don Miguel De Fougéres, designado por el Consejo Nacional de Educación para hacerse cargo de la dirección de la escuela de varones. Es probable que esta designación haya sido gestionada por el multifacético don Alfonso, quien poseía el título de bachiller y que a partir de su elección como Intendente se preocupó por designar en todos los puestos claves no sólo gente competente, sino fundamentalmente de su absoluta confianza y especialmente inmigrantes franceses.

Ese mismo año llega desde San Luis el joven Félix Romero en compañía de su familia, originarios de La Rioja, que venían bajando desde aquella antigua provincia en busca de nuevos horizontes en el suelo pampeano, donde había tanto por hacer.

Desde 1891 a 1899 gobierna Victorica el empresario con múltiples actividades comerciales, agropecuarias e inmobiliaras don Alfonso Capdeville. Pero ese largo periodo terminó violentamente con un enfrentamiento entre quienes lo apoyaban y quienes se le oponían. La violencia desatada le costó la vida a tres personas y varias quedaron heridas a consecuencia del tiroteo. De allí en adelante la sociedad victoriquense quedó dividida durante muchos años. Capdeville se retiró y fundó en su estancia Telén a pocos kilómetros al oeste una nueva población.

Fuente:http://luisroldan.blogspot.com.ar/2013/02/aniversario-fundacion-de-victorica.html

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