Falleció Nestor Rufino Ahuad exgobernador de La Pampa entre 1987 y 1991

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Fue gobernador de la provincia entre el ’87 y el ’91. El médico también fue funcionario nacional en varios períodos.

El exgobernador de la provincia Néstor Enrique Rufino Ahuad murió a los 76 años de edad. Estaba viviendo en Buenos Aires y su deceso fue consecuencia de una larga enfermedad, según confirmaron fuentes cercanas a su familia. Sus restos son trasladados a Santa Rosa para ser velados.

Ahuad, “El Turco”, había nacido en La Paz (Entre Ríos) el 7 de abril de 1940, era médico y fue gobernador de la provincia entre el ’87 y el ’91, además de funcionario nacional en diversos períodos. Estaba internado en Buenos Aires.

Fue un dirigente con presencia activa en los primeros años del regreso de la democracia, que siempre mantuvo su interés por la actividad política, un charlatán que tenía buen humor, simpático, entrador, que era hincha de Boca y que en abril del año 2009 fue noticia porque se contagió dengue. A sus íntimos les confesaba que no le gustaba que le dijeran Turco, porque en realidad era sirio-libanés. Pero nunca pudo sacarse el apodo de encima.

Su gobernación fue más bien una transición en la política pampeana: quedó en el cargo, sobre todo, como consecuencia de estrategias políticas internas del PJ pampeano. No existía la reelección de gobernador y por eso Marín (’83-’87) se apartó de una posible continuidad. La reelección del gobernador se instauró en La Pampa con la reforma constitucional del ’94.

La gestión de Ahuad quedó opacada a partir de la notable influencia que en la época tuvo la hiperinflación. En ese momento apareció como el posible líder de un espacio anti-marinista en el peronismo vernáculo, pero finalmente prefirió el pacto con los líderes ya afirmados en el partido.

Su disposición al acuerdo y la negociación con quienes manejaban el poder interno marcó su rumbo político. Pero también tuvo disidencias varias. Así como fue una de las caras del menemismo en la provincia, también se volcó al kirchnerismo cuando llegó una nueva etapa política en el país.

En los últimos años, Ahuad estaba alejado de la actividad política. De todos modos se permitía algunas opiniones. En su muro de Facebook, el día en que se presentó el libro que refleja la historia de violencia de género de Juan Carlos Tierno, se permitió un comentario: “del ’87 al ’91 no estuvo en el gobierno. Por algo fue”.

Antes de llegar a la Gobernación, Ahuad había gestado su trayectoria política desde Colonia 25 de Mayo, que fue donde sentó las bases de su espacio. Como médico, en algún momento hizo una apuesta a la inversión en Salud Pública. Intentó retomar una idea de la época de Regazzoli: el diseñado de un sistema de Salud equitativo, que tendió a la igualdad. Puso en ese área sus mejores fichas, con la idea de obligar a los profesionales médicos a dar servicio full-time en hospitales públicos. Eso lo enfrentó con el Colegio Médico. El proceso derivó en una pelea oficial contra el “plus médico”.

Ahuad ya había sido ministro de Bienestar Social de José Aquiles Regazzoli. Y desde ese lugar implementó el Servicio Provincial de Salud (SPS). Se reivindicaba como seguidor de Floreal Ferrara, sanitarista peronista. Estudió en La Plata y se recibió en el ’67. El hospital de 25 de Mayo lleva el nombre de su fallecido hermano, Jorge Ahuad.

Su gestión gubernamental se quedó más en buenas intenciones que en acciones concretas, en una circunstancia dificultosa para la administración: el país atravesaba una de sus peores crisis económicas, el gobierno nacional estaba en manos del radicalismo de Raúl Alfonsín y el peronismo atravesaba un período de discusiones internas tendientes a la renovación.

Una de las crisis más recordada es la de la “marcha blanca”, una prolongada medida de fuerza que afectó la gobernabilidad y puso bajo la lupa al ministro de Educación de entonces, Jorge Rodríguez (después jefe de Gabinete nacional en el menemismo). Otros integrantes de su gabinete fueron Miguel Solé, Antonio Vicente, Marita Roo, en algún momento Rodolfo “Pildoro” Gazia y Néstor Alcala, con quien además tejió una relación de afecto y familiar: sus esposas son hermanas entre sí.

La gestión gubernamental de Ahuad duró desde el 10 de diciembre del ’87 hasta el 10 de diciembre del ’91. También fue castigado políticamente por la investigación de hechos de corrupción: el juez Carlos Flores lo procesó en primera instancia por los llamados “subsidios truchos”. Finalmente quedó al margen de las acusaciones, pero varios de sus funcionarios pagaron judicialmente y salió a la luz un modus operandi que consistía en desviar fondos a comunas amigas que no eran utilizados en las obras previstas. El caso paradigmático fue el de Rucanelo y resultó acusado otro de sus hombres cercanos, el exfutbolista Oscar “Piti” Kraemer.

A cambio de un buen trato periodístico, otorgó al diario La Arena un histórico crédito de “promoción industrial”, que le permitió zafar de las críticas más pesadas, orientadas en aquel momento siempre hacia el gobierno nacional. El diario publicaba entonces una simpática caricatura, donde el personaje central era “DocRufi”.

Al terminar la gestión, y ya en su período final, Ahuad no quiso ser un líder para enfrentar a Marín. Parecía tener alguna chance, a partir de la creación de una línea propia, identificada con el color Verde, y de cierto carisma que tenía en relación con la población: en la fórmula con Edén Primitivo Cavallero había sacado más del 52 por ciento de los votos. Pero los funcionarios más cercanos que eligieron el camino de la confrontación contra el marinismo se quedaron solos en la pelea.

En la puja previa del peronismo nacional de la época, entre Menem y Antonio Cafiero, Ahuad hizo equilibrio si se compara su conducta política con el decidido respaldo que Marín le dio a Cafiero. Daba la sensación de que esa “renovación” era imparable, pero en las urnas ganó aquel Menem de patillas que prometía salariazo, revolución productiva y “recuperar las Malvinas a sangre y fuego”. El único que se puso en ese bando desde el principio fue el vice Cavallero, un dirigente piquense que terminaría saliéndose del PJ pampeano enojado con la corrupción y el neoliberalismo, para alinearse en el Frente de la Gente de Pablo Fernández.

El tiempo y la política unirían más tarde los destinos de Ahuad y “Pablito”: el Turco conformó el Frente Para la Victoria en La Pampa, cuando después de 2001 y la breve presidencia duhaldista el peronismo se partía en varios pedazos. Ahuad dijo que apoyaba a Néstor Kirchner porque era “el carril que queda vacío”: Marín impulsó a Menem y los Rodríguez Saa tenían otros referentes en la provincia. En ese Frente Para la Victoria hubo un poco de todo: además de Pablito Fernández también coqueteaban con el espacio -en medio de furiosas internas- Mireya Regazzoli y Rita Bustillo.

En 2003 fue candidato a gobernador y a senador por el Frente. Quedó tercero de Carlos Verna y Francisco Torroba.

Antes, y en varios períodos de la puja del PJ, Ahuad actuó en alianza, o como instrumento político del vernismo, para esmerilar el poder cuasi hegemónico de Marín. Es recordada la furiosa interna de 2001 por una Senaduría, en la que el vernismo apostó sus fichas al Turco con la idea de desbancar al candidato que era caballo del comisario, Enrique Mario Martínez Almudévar. Ganó Chery, por pocos votos y entre sospechas.

Después de irse del PJ, pegó la vuelta en un congreso provincial que fue una puesta en escena: aparecieron los abrazos entre los grandes popes y viejos líderes y los enfrentamientos volvieron a meterse bajo la alfombra.

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