La mayor central termosolar del mundo fue inaugurada en Marruecos.

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“Noor I pasa a ser la central solar monoturbina más grande del mundo, extendida sobre una superficie de 480 hectareas”, explicó el director de la Agencia Marroquí de la Energía Solar (MASEN, que gestiona todos los proyectos de energías renovables), Mustafa Bakuri, en una rueda de prensa posterior al acto de inauguración.

Marruecos quiere convertirse en abanderado del desarrollo de las energías renovables en África y en septiembre próximo albergará en Marraquech la conferencia COP-22, la primera que se celebra tras la Cumbre del Clima de diciembre pasado en París, que hará un primer examen de la ejecución de sus acuerdos.

El proyecto pone de relieve la decisión del país magrebí de reducir la dependencia de los combustibles fósiles, cambiar por un mayor uso de las energías renovables, y avanzar hacia una estrategia de desarrollo con bajas emisiones de carbono.

Marruecos es el mayor importador de energía de Medio Oriente y depende en gran medida de fuentes extranjeras para más del 97% de su electricidad.

Aprovechar la energía de su abundante sol liberará a Marruecos de la volatilidad de los costos de importación, además de poder crear la posibilidad de exportar energía verde a los países vecinos.

La planta reducirá la dependencia energética del país en unos 2,5 millones de toneladas de petróleo y reducirá las emisiones de efecto invernadero en 3,7 millones de toneladas de CO2.

Esta obra fue adjudicada en 2012 a un consorcio encabezado por la saudita Acwa Power e integrada por un grupo de las compañías españolas Acciona, Sener, TSK y Aries que obtuvieron el contrato de ingeniería y construcción por un importe de 775 millones de euros.

La monumental planta está ubicada en Ouarzazate, una zona considerada la puerta de ingreso al desierto del Sáhara entre las cadenas montañosas del Gran Atlas y el Anti Atlas, con un promedio de 3.000 horas de sol anuales.

Esta primera fase termosolar construida según la técnica CSP (Energía Solar Concentrada), que consiste en unos espejos cilindroparabólicos capaces de almacenar el calor tres horas y seguir produciendo energía.

La planta funciona con cientos de espejos que concentran la energía del sol para calentar un fluido de transferencia que se usa para producir vapor que mueve las turbinas que generan electricidad, explicó en su sitio web y en ocasión de la inauguración el
Banco Mundial, que aportó con un crédito para la construcción.

El fluido de transferencia también puede ser usado para calentar sales fundidas almacenadas en grandes tanques de almacenamiento en la planta, sal que se mantiene lo suficientemente caliente como para generar vapor, incluso después de la puesta del sol.

Es una tecnología tan prometedora, que la Agencia Internacional de Energía estima que en 2050 hasta un 11% de la generación mundial de electricidad podría provenir de la CSP.

El director general de la Oficina Nacional marroquí de Electricidad y Agua Potable (ONEE), Ali Fasi Fihri, explicó que esta técnica, que requiere uso de agua, sólo consumirá el 1% de las reservas de la presa de Mansur Dahbi, vital para toda la región de Ouarzazate.

La producción del Noor I, constituido por 800 hileras de espejos alineados, puede alimentar de electricidad a 750.000 hogares marroquíes lo que permitirá responder a la creciente demanda nacional de energía que desde 1999 prácticamente se ha triplicado.

Marruecos tiene un ambicioso plan de renovables con el que aspira a proveerse en un 52% del total de su consumo en energías limpias para el año 2030.

La ceremonia sirvió también para inaugurar los trabajos de construcción de las dos fases siguientes de Noor (II y III), que tendrán una potencia de 200 y 150 megavatios, respectivamente, y también funcionarán conforme al modelo termosolar, mientras que la cuarta, de 70 megavatios, será fotovoltaica.

Para alcanzar este objetivo, deberá desarrollar entre 2016 y 2030 una capacidad adicional de 10.100 megavatios generados a partir de renovables y repartidos en 4.560 megavatios de energía solar, 4.200 megavatios de eólica y 1.330 megavatios hidroeléctricos.

Se busca así reducir la extrema dependencia energética de este país magrebí, actualmente cercana al 96% del total, al ser Marruecos un importador absoluto de productos petroleros que le cuestan unos 8.000 millones de dólares anuales.

La inauguración estuvo encabezada por el rey Mohamed VI de Marruecos, quien fue el encargado de apretar un botón para lanzar así el primer kilovatio de energía solar en el circuito eléctrico nacional.

Entre los invitados extranjeros estuvieron la responsable de Ecología, Desarrollo Sostenible y Energía de Francia, Segolene Royal, y el ministro de Exteriores de España, José Manuel García Margallo, éste último acompañado por directivos de empresas de ese país que integran el consorcio constructor.

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